lunes, 23 de mayo de 2011

SARITA Y SUS DISFRACES



Sarita, hija de mi hija Sara y mi yerno Ángel, acaba de cumplir tres años y lo que más le gusta en esta vida son las golosinas y los disfraces. Es  una de los pequeños de mi familia, ocupa el puesto 16 de los nietos y entre sus hermanos la última de cinco, única niña con cuatro chicazos alrededor: Alberto, Julio, Jorge y Ángel.

En la foto está tan guapa porque fue el día de su bautizo


Un poco asustada, en brazos de Jorge que se peleaba por cogerla




Pero lo que hoy quiero contar es una historia muy bonita que vivimos el día de su TERCER cumpleaños.

Sara se había convertido en una preciosa princesita, venida de un pais lejano donde todo era dulce y maravilloso, hasta las flores de mil colores nacían de sus plantas madres, caramelizadas, por eso la gustaba mucho regarlas, acariciarlas y dejar entre sus pétalos un beso chiquito como su boca. Amapolas, alelies, petunias y rosas la premiaban dejando en sus labios un agradable sabor a gominolas. Si preguntabas por su flor preferida siempre contestaba; la rosa, la rosa... sin pronunciar demasiado la erre. También era así su color preferido: ROSA, ROSA...

Aquella tarde de abril, para celebrar su cumpleaños eligió su traje de princesa que más le gustaba. ¿Sabéis de qué color? :  JAJAJA..., claro que lo sabéis, ROSA, ROSA






Los hermanos y los primos discutían con ella porque aquel vestido no parecía de princesa, sino de hada. Sarita, al borde casi del llanto gritaba:
_Que no, que no soy un hada, soy una princesa ROSA, ROSA...
Su hermano Ángel que sólo la lleva año y medio y le encanta hacerla rabiar contesta:
_ ¿ Entonces por qué llevas una varita mágica?

_¡¡Pareces tonto!! responde la Princesa Rosa, 


  A sus tres años habla y razona con una perfección que tiene asombrados a toda la familia, hasta tal punto que la abuela no recuerda algo parecido de ninguno de sus diez hijos.

_Tengo una varita  mágica porque estoy esperando al  Hada Azul que es mi madrina

Angelito tampoco se lo acababa de creer, bien sabía él que su hermana tenía mucha fantasia, pensó:
_Esta niña cada vez está peor.

No dijo nada para que no se pusiera a llorar como otras veces; mamá vendría corriendo y le castigaría sin ordenador. Ángel a sus cuatro años y medio es todo un experto en internet, no hace mucho abríó un  programa.y se compró un coche por internet, menos mal que era de juguete... 




Su sorpresa fue mayúscula... ¿Qué quiere decir mayúscula?- me acaba de preguntar Sarita- pues quiere decir: Grande, muy grande... ¿Y rosa, rosa...?
_ Vale, nena, las sorpesas pueden ser del color que cada uno prefiera.


La sorpresa de Angelito era de color  cielo, ya que por el pasillo de la vivienda llegaba sonriente una hermosa Hada  que no traía varita mágica



Sarita salió corriendo a su encuentro para  poner en sus manos la que ella guardaba. Todo ya en su sitio el Hada madrina pregunta a la niña:





_¿Qué quieres pedirme esta vez?


_ Quiero, quiero... que me conviertas en algo muy bonito para que mamá se ponga muy contenta.
_Pero si tu mamá ya está contentíiiiiiiii...isima de como eres.
_ No ¡quiero darla una sorpresa mayúscula!


Entonces el Hada, dijo unas palabras en el idioma de las hadas, antes de tocar a Sarita con su varita mágica y ¡ oh cielos...!
_¿Qué pasó, qué pasó?


Que Sarita quedó transformada en una preciosa Mary Pepa



La niña se miró en el espejo y se puso a llorar desconsolada.
_¿Qué te pasa? preguntó la madrina, tapándose el rostro con el muñeco rosa, rosa... que su primo Alejandro acababa de regalar a Sarita, no le gustaba ver llorar a los niños.


_No me gusta, no me gusta, no quiero ser Mary Pepa. además  ¿quien es esa?
_ Es una chica muy guapa, madrileña, que la llamaban La Revoltosa, a la que su novio lleva cantándola, años y años, una canción con música muy bonita que compuso para él un famoso compositor que se llamaba  Ruperto Chapí. Decía así:
"Mary Pepa de mi vida.. si tan sólo en ti pensaba noche y día."


Pues no quiero, no quiero, busca otra cosa.

El Hada de color de cielo que sólo había venido a la fiesta de cumpleaños para hacer feliz a su ahijada, se quedó pensando hasta que se le ocurrió algo fantástico.
 Volvió a decir sus palabras mágicas, extendió la varita y ...
¡¡HALE... HOP!!

Una preciosa mariposa comenzó a revolotear por toda la habitación. No era rosa, rosa..., pero se posó en mi , luego rozó mi mejilla con suavidad y descubrí que Sarita me había dejado un beso de mariposa.




El Hada desapareció y la mariposa se fue volando hacia el jardín.  Fui tras ella, intentando cogerla, pero fue imposible, de flor en flor se posaba, acariciaba sus pétalos y yo sabía que extraía de ellos ese sabor dulce, como si fuera rosa, rosa, a gominolas que tanto saboreaba antes de ser una linda mariposa.