sábado, 31 de mayo de 2014

LOS OJOS DE PAULA



 
 
Tus ojos, Paula, dicen más que mil palabras..
 
Hoy en San Juan te echo de menos. Este año no has podido venir con nosotros y me da mucha pena no verte jugar en la playa, con el agua, con la arena y luego nadar conmigo en la piscina.
Era una delicia ver tus balanceos en los columpios al atardecer.
 

 
 
Te echo de menos y recuerdo el día que me despedí de ti en mi casa de Madrid. Jugabas en la cocina, del banco a la mesa y de la mesa al banco. No atendías a nada, mamá te apremiaba  para iros ya cuando te dijo: "Dale un beso a la abuela que nos vamos," pero tú seguías a tus juegos de escalada, hasta que yo te miré: "Dame un beso que me voy a ir de viaje."
 
Te paraste en seco, como si un resorte te hiciera mirarme, tus ojos grandes, asustados, más abiertos que nunca me hicieron todas esas preguntas que tu boca no se atrevía a pronunciar: ¿Dónde vas? ¿Me vas a dejar aquí? ¿No vas a volver?
Entonces tuve que decirte: "Sólo serán unos días" A lo que respondiste con un beso y un abrazo que ahora me gustaría tener aquí, en la playa.
 
Tu reacción me hizo  sentir  alegría y pena. Alegría porque me querías, aunque ya lo sabía y pena porque pensé en qué pasará el día en que me vaya para siempre ¿Qué preguntarán tus ojos entonces?
 
Dios quiera que aún falte mucho para ese día.